D'A

Edición 1: diciembre de 2011

Todo cuesta. Hace ya más de tres años que hubo un primer intento de recuperar la revista colegial D’A, con la aparición de un número 0 que debía suponer una nueva etapa, en edición digital. La iniciativa no tuvo continuidad, pero sí el deseo de reemprender la publicación de la revista. De hecho, a lo largo de los diecisiete años que han pasado desde que desapareció la edición en papel, han sido muchos los colegiados que han pedido su recuperación y continuidad. Y esto es lo que quisiéramos conseguir ahora.

En el editorial de aquel número 0, Federico Climent ya hacía un poco de historia de lo que había sido la revista D’A original en papel, de su espíritu y también de la sensación de vacío que había dejado su desaparición en buena parte de nuestro colectivo de arquitectos. En el mencionado editorial también se manifestaba la voluntad de dar continuidad a las características que identificaban aquella primera aventura editorial: “documentar la actividad arquitectónica en las Islas (…) no solo hacer la crónica de la actualidad más reciente, sino recuperar también episodios del pasado”.

Pasan los años y cambian las circunstancias, pero aquellas señas de identidad de la revista D’A todavía nos siguen pareciendo válidas. Documentar nuestra historia, los episodios que sentimos contemporáneos, y reflejar a la vez la actualidad que se va construyendo en las Islas continuará siendo, por tanto, el principal objetivo de la revista en esta nueva etapa que ahora empieza.

Precisamente el formato digital nos ha permitido traducir este planteamiento de forma literal creando dos secciones independientes.  La primera –que hemos denominado Dossier- servirá para dar a conocer obras o autores relevantes de nuestro pasado, ya sea mediante trabajos de investigación o a través de proyectos de rehabilitación de edificios significativos. Y, precisamente, inaugura este apartado un trabajo de rehabilitación, el de la casa Broner, una obra acabada en 2010 según un proyecto redactado por los arquitectos Isabel Feliu i Raimon Ollé.

Como muchos colegiados recordarán, Erwin Broner fue el protagonista del último número de D’A en papel, un monográfico que mostraba su trayectoria vital completa y que documentaba buena parte de la obra que realizó en Ibiza durante los últimos diez años de su vida, incluida su propia casa. Era un primer paso –el de la difusión- para alcanzar un deseo que compartíamos quienes tuvimos la suerte de conocer su obra y de tratar a su viuda, Gisela, que tan generosamente nos recibió en su casa durante los meses en los que se elaboró aquel número de D’A: que el conjunto de la obra de Broner fuera considerado como una de las principales aportaciones al patrimonio arquitectónico de Ibiza de la segunda mitad del siglo XX y, por tanto, fuese conservado como tal.

La rehabilitación de la casa Broner es un segundo paso, muy importante, que podría llegar a ser crucial si se confirmase la creación de la Fundación Erwin Broner, con sede en la misma casa.

La documentación que conforma este primer Dossier incluye una semblanza de la figura de Erwin Broner a cargo del escritor Guillem Frontera y una reflexión de los autores de la rehabilitación de la casa, Isabel Feliu y Raimon Ollé, ilustrada con la documentación gráfica del proyecto y fotografías de la obra acabada realizadas por la fotógrafa Lourdes Grivé.

La segunda parte, Trayectoria, destinada a documentar la actualidad arquitectónica, la hemos querido plantear como una recopilación monográfica de la obra de un arquitecto o de un equipo de arquitectos que fuera representativo de su trayectoria más reciente. De aquí el nombre de la sección. Y esto es así para evitar la esclavitud de la inmediatez. D’A no quiere ser –ni lo ha querido ser nunca- un reflejo acrítico de la actualidad y la noticia, sino un espacio editorial que invite a la reflexión. Por este motivo hemos preferido presentar en cada número una muestra de la obra construida por un solo autor y situarla en el contexto de su periplo profesional, por incipiente que sea; y que el comentario sobre esta obra corriese a cargo de un compañero de profesión, precisamente para fomentar la reflexión que mencionábamos sobre el significado del ejercicio de la arquitectura.

En este primer número, Trayectoria  se estrena con una muestra significativa de la obra de Juan Miguel Tizón y Pep Ripoll, un equipo todavía joven, con diez años de recorrido profesional, y un comentario a cargo de Joan Riera.

Y nada más, solo esperar que el deseo de que D’A vuelva a ser un vehículo para documentar la actividad arquitectónica que se lleva a cabo en las Islas y fomentar la investigación, se convierta en una realidad por muchos años. Sería señal de que la edición de una revista ya forma parte de la actividad cotidiana de la institución colegial y una satisfacción para todos los arquitectos que creemos que es necesaria.

 

Martí Lucena

© 2012 D’A digital COL·LEGI OFICIAL D’ARQUITECTES DE LES ILLES BALEARS